Dios quiere guía para la humanidad y para mostrar el camino correcto envió libros y revelaciones. Por ejemplo, envió el “Suhaf” a Abraham ah, la Torá a Moisés ah, los Salmos a David ah y el Evangelio a Jesús ah, el hijo de María; y finalmente, envió el Corán al profeta Mahoma, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con todos ellos. El profeta Mahoma vio, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, es el último profeta de Dios enviado a todas las personas hasta el fin del mundo. El Profeta Muhammad dijo: “Cada Profeta fue enviado exclusivamente a su nación, pero yo fui enviado a toda la humanidad”.[1]

El Corán es la palabra de Dios y ningún otro libro en este mundo es tan importante de leer. "Esto (el Corán) no es más que evidencia de tu Señor, y una guía y una misericordia para un pueblo que cree". (Corán 7:23). El Corán menciona que a la humanidad se le mostrarán “señales” que la conducirán a Él. De hecho, la palabra traducida “signos” es de tanta importancia en el Corán que se menciona más de 150 veces, y en cada instante se refiere a los signos de Dios. Dios equipó a la humanidad con intelecto para que podamos reflexionar, analizar, concluir y luego actuar según Sus señales. Además de nuestro intelecto dado, cada ser humano nace con una inclinación pura y natural de que Dios es nuestro Señor y que Él es Uno.

Los siguientes son algunos de los tipos de signos mencionados en el Corán:

1) La conciencia humana:

Dios dice que nos mostrará señales claras en nosotros mismos y que se interpondrá entre nosotros y nuestro corazón.

“Nosotros (Dios) les mostraremos Nuestros signos en los horizontes y dentro de ellos mismos hasta que les quede claro que [el monoteísmo islámico] es la verdad…” (Corán 41:53)

“Oh vosotros que habéis creído, responded a Dios y al Mensajero [Muhammad vio] cuando os llame a aquello que os da vida. Y sabed que Dios se interpone entre el hombre y su corazón y que a Él seréis reunidos”. (Corán 8:24)

¿Cómo podría Dios interponerse entre un ser humano y su corazón? Por ejemplo, si uno está a punto de cometer un acto dañino o un pecado grave, habrá un sentimiento extremadamente pesado y de culpa en el corazón de esa persona. Tal sentimiento es en realidad una advertencia de que cometer ese pecado enojará a Dios. 

2) Ciertos sucesos:

Un gato negro que pasa por una casa o una urraca que se posa en el jardín no significa nada, y los gatos y las urracas son simplemente criaturas que hacen su vida como les place; no traen buena ni mala suerte. La superstición no es más que un sentimiento engañoso; en realidad, no existe. Sin embargo, algunos eventos/sucesos sí significan algo, como lo menciona el Corán después de que Caín, el hijo de Adam ah, asesinara a su hermano Abel. “Entonces Dios envió un cuervo a cavar [una tumba] en la tierra [para un cuervo muerto], para mostrarle cómo enterrar el cadáver de su hermano. Él (el asesino) dijo: '¡Ay de mí! ¿He dejado siquiera de ser como este cuervo y de enterrar el cadáver de mi hermano? Entonces se arrepintió”. (Corán 5:31) Caín entendió que no era una coincidencia que mientras el cuerpo de su hermano asesinado yacía frente a él, apareciera un cuervo y comenzara a cavar la tierra bajo sus pies. 

Del mismo modo, cuando el Faraón ignoró el llamado ah del Profeta Moisés a Dios y se negó a liberar a los israelitas, Dios envió señales al Faraón y a su pueblo (en total fueron 9 señales). Estos signos incluían langostas que arrasaron casi por completo con todos los cultivos de la zona, piojos, ranas en cantidades sin precedentes y narices que sangraban continuamente; y en lugar de referir estas a las asignaciones de Dios para creer en Dios y liberar a los israelitas, el Faraón se volvió supersticioso y dijo que fueron hechas por Moisés ah, el “mago”. “Entonces Nosotros (Dios) enviamos sobre ellos el diluvio, las langostas, los piojos, las ranas y la sangre como signos distintivos, pero ellos eran arrogantes y eran un pueblo criminal” (Corán 7: 133)

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3) Pueblos y civilizaciones destruidos:

En la época del Profeta Muhammad, era bien sabido que había civilizaciones anteriores que Dios destruyó (después de que no creyeron en sus Profetas enviados) a través de la "madre naturaleza". Estas civilizaciones incluían a los pueblos de Aad, Thamud y Lot. “Y Nosotros (Dios) ya hemos destruido lo que os rodea de [esas] ciudades, y hemos diversificado los signos para que tal vez puedan regresar [de la incredulidad]”. (Corán 46:27). 

Las ruinas de tales civilizaciones eran todavía visibles y conservadas para los transeúntes en la época del profeta Mahoma. Después de la destrucción del Faraón en la época del Profeta Moisés ah, fue la voluntad de Dios que civilizaciones enteras (que negaron el mensaje de su Profeta enviado) no fueran destruidas en esta vida; en cambio, serían juzgados en la próxima vida. Aun así, no hace falta mirar muy lejos para ver signos de retribución, como la ciudad destruida de Pompeya, una ciudad famosa por su pecado abierto y su sodomía. “Entonces (Dios) castigamos a cada [pueblo] por su pecado: contra algunos enviamos una tormenta de piedras, sobre otros una [poderosa] explosión, sobre algunos hicimos tragar la tierra y a otros los ahogamos. No fue Dios quien les hizo daño, sino que ellos se hicieron daño a sí mismos”. (Corán 29:40)  

Uno debe ser plenamente consciente de que los terremotos, volcanes, huracanes, sequías y otros actos de la naturaleza no son coincidencias, sin embargo, los actos de Dios que suceden como castigo a las personas que no creen y/o están en pecado abrumador (y no se arrepienten) también lo son. señales claras para que las personas crean en Él y respondan a Su llamado. “Y los desastres continuarán afligiendo a los incrédulos o golpeando cerca de sus hogares por sus malas acciones hasta que se cumpla la promesa de Dios. De hecho, Dios nunca falla en su promesa”. (Corán 13:31) Por el contrario, si toda la humanidad hubiera creído en Dios y en todos Sus Profetas, tal vez no habría desastres naturales, sino que habrían llegado más bendiciones en forma de lluvias, frutas, verduras y cultivos adecuados. “Y si la gente de las ciudades hubiera creído y temido a Dios, Nosotros (Dios), habríamos abierto sobre ellos bendiciones del cielo y de la tierra”. (Corán 7:96)

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4) Naturaleza

Lo que está presente en la tierra en forma de bosques, ríos, montañas, cascadas, océanos y diversas especies de plantas y animales es realmente algo extraordinario. No es el delfín el que se equipa con el sistema de sonar más avanzado y eficiente de la Tierra, ni el águila la que se equipa con una vista cuatro o cinco veces más potente que la de los humanos; ambos son obras del Creador que todo lo perfeccionó. El hizo. Mirar Su creación es una manera de saber cuán notable y capaz es el Creador.

Dios nos muestra señales en los animales que creó para servirnos. Los caballos, mulas y burros son para que la humanidad los monte hasta lugares lejanos a los que de otro modo le habría tomado más tiempo llegar a pie. Las vacas, las ovejas y las cabras producen leche, y usamos sus pieles y lana para vestirnos, y las sacrificamos para obtener carne; mientras que las gallinas ponen millones de huevos diariamente – todas estas son señales para que reconozcamos las bendiciones de Dios sobre nosotros y seamos agradecidos con Él. “Y de hecho, para ti, el pastoreo del ganado es una lección. Nosotros (Dios) os damos de beber de lo que hay en sus vientres, entre la comida digerida y la sangre, leche pura, agradable de beber. Y de los frutos de las palmeras y de las vides obtendréis embriagadores y alimento saludable. En verdad, en esto hay una señal para los que entienden”. (Corán 16:66-67)

Mirando hacia el cielo sobre nosotros; La atmósfera terrestre estaba formada por una capa protectora única. El sol nos regala una luz que hace posible la vida, su eje inclinado nos regala cuatro estaciones para que disfrutemos de diferentes climas. Las estrellas, los cometas y todo lo que podemos ver en el espacio son para que los contemplemos, admiremos su belleza, reconozcamos que Dios creó el universo y reconozcamos que seguramente debe haber sido creado con un propósito. De hecho, todo en nuestro universo fue hecho para nosotros. “De hecho, en la creación de los cielos y de la tierra, y la alternancia de la noche y el día, y los barcos que navegan por el mar con lo que beneficia a los hombres, y lo que Dios hizo descender desde los cielos de lluvia, dando vida así a la tierra después de su falta de vida y dispersando en ella toda [especie de] criatura en movimiento, y [Su] dirección de los vientos y las nubes controladas entre los cielos y la tierra – [en todo esto] son señales seguras para las personas de entendimiento. " (Corán 2:164)   

La diversidad de humanos, los géneros opuestos y todo lo bueno en la vida también son signos de la capacidad de Dios para hacer cualquier cosa y de su bondad. “Y de sus signos es que os creó esposas de entre vosotros para que halléis en ellas tranquilidad; y puso entre vosotros cariño y misericordia. De hecho, en eso hay signos para un pueblo que reflexiona. Y de Sus signos es la creación de los cielos y de la tierra y la diversidad de vuestras lenguas y vuestros colores. De hecho, en eso hay señales para aquellos que tienen conocimiento”. (Corán 30:21-22)

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La lluvia no sólo es una bendición y el agua es la fuente de toda vida, sino que la frecuente mención de la lluvia en el Corán tiene un propósito mucho más amplio. “Y es Él quien envía los vientos como buenas nuevas antes de Su misericordia (lluvia) hasta que, cuando han llevado pesadas nubes de lluvia, los llevamos a una tierra muerta y enviamos lluvia allí y producimos todo tipo de frutos. De la misma manera, daremos vida a los muertos, para que tal vez tengas cuidado”. (Corán 7:57) “Y uno de Sus signos es que veis la tierra estéril, pero cuando enviamos lluvia sobre ella, tiembla y crece. De hecho, el que le da vida es el Dador de vida a los muertos. ¡En efecto! Él es capaz de hacer todas las cosas”. (Corán 41:39) Después de que llueve, uno debe recordar que Dios (a través de los procesos biológicos y químicos conocidos) convierte una semilla muerta en vegetación viva. Esto debería hacernos reconocer que, de manera similar a cómo Dios hace que una semilla muerta cobre vida, en el Día del Juicio Él traerá de nuevo a la vida y resucitará a toda la humanidad para el juicio. Saber esto debería llevarnos a prepararnos para ese Día sin precedentes haciendo lo que agrada a Dios y evitando lo que le enoja.

Por lo tanto, Dios muestra a la humanidad señales que, si se siguen, conducirán a una verdadera guía hacia Él; guía que es más brillante que el sol. Esta guía es el Islam. “Y si se someten [en el Islam], están correctamente guiados; pero si se alejan, entonces a ti sólo te corresponde entregar [el mensaje]. Y Dios ve a [sus] siervos”. (Corán 3:20) “Hoy Yo (Dios) os he perfeccionado vuestra religión, he completado Mi favor sobre vosotros y os he elegido el Islam como vuestra religión”. (Corán 5:3) En cuanto a las personas que niegan los signos de Dios, los signos serán pruebas utilizadas contra ellos en el Día del Juicio. Quien responda a los signos de Dios y siga Su camino será recompensado con la máxima bienaventuranza eterna, el Paraíso, y quien niegue los signos de Dios será castigado con la máxima miseria eterna, el Infierno.

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